Antes de crear “Éxtasis” junto a Lucía Malvido tenía ciertos prejuicios hacia la comedia. En el fondo, la consideraba un género superficial e incapaz de rebasar el escenario de la crítica. Salirme del tiesto con esta serie me ha permitido descubrir que estaba muy lejos de la verdad.

A estas alturas puedo afirmar que “Éxtasis” me ha enfrentado a un ejercicio que da vértigo: mirarme al espejo y atreverme a contar la verdad sobre mí misma, hablando de temas profundos, trascendentales y que están a la orden del día.

Supe que la serie iba a funcionar cuando sentí la energía que se formó en el rodaje del teaser. Las carcajadas en el set fueron el mejor termómetro para medir que, efectivamente, estábamos en el camino adecuado.

“Éxtasis” me ha enseñado que ser divertida no te hace menos lúcida, ni más superficial, ni menos capaz. Por el contrario, ser divertida te hace muy libre y puede llevarte más lejos y más hondo de lo que la sociedad quiere que te atrevas.